Los economistas convocados en ese paraíso de Wyoming no le dejaron solo a Powell en sus alegatos: remarcaron que los salarios debieron crecer entre un 1% y un 1,5% por encima de los flacos números de la última década.
Asimismo, ubicó el origen del mal en el monopsonio, también conocido como el monopolio del comprador, un tipo de mercado en el que existe un único comprador o demandante, en lugar de varios. Sus protagonistas: compañías como Amazon o Google, grandes tecnológicas que emplean a una cantidad creciente de trabajadores.
Para el economista argentino Luis Palma Cané, aparte del monopsonio, "ha habido otro factor muy importante para que no hayan subido los salarios, como normalmente se produce en ciclos de crecimiento de la economía norteamericana. Porque tenemos que recordar que en la gran crisis 2008-2009 la tasa de desempleo [en EEUU] era del 10,5%, y ahora está en un 3,9%, lo cual significa que ha aumentado sostenidamente la oferta laboral, sumado a que la población activa, aquella que está demandando trabajo, subió también tres o cuatro puntos".
En este sentido, para el economista "es obvio, que más allá de la parte monopsónica de la demanda laboral, no existe duda de que no es el único factor, sino que a eso se suma una oferta en crecimiento. Si existe una demanda monopsónica y una oferta en crecimiento es lógico que los salarios no crezcan como había crecido en otros ciclos, porque en otros ciclos no había bajado tanto el nivel de desempleo".
En el concepto monopsonio entran las grandes cadenas de alimentación como las franquicias de comida rápida, grandes corporaciones que dominan su sector de actividad y que conquistan también otras industrias líderes. En Jackson Hole se le prestó una especial atención al caso de Amazon, dominadora absoluta en Occidente, no sólo en el campo del e-commerce, sino también de las grandes superficies y el comercio minorista.
"Es cierto que es un fenómeno que lo está produciendo el llamado e-commerce, del cual el ícono es Amazon, pero estos son factores coyunturales que se van a estabilizar. Siempre que ha habido cambios tecnológicos en la oferta o en la demanda del mercado, se producen estos desequilibrios entre los distintos competidores, que luego se van atemperando porque el crecimiento explosivo que tiene la innovación se va a atemperar y va a crecer la competencia de las empresas tradicionales que irán buscando métodos que compitan más eficientemente que ahora", explica Palma Cané.
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Al respecto, Palma Cané incide sobre todo en "la parte de la guerra comercial que también fue señalada por Powell, como por el Banco Central del Reino Unido, el Banco Central Europeo y el Banco Central de Japón. Todos de una manera prácticamente homogénea sostienen que un peligro latente para el crecimiento global, que hoy todos los países están creciendo sincronizadamente, está aumentando el riesgo a la baja, precisamente porque si aumenta la guerra comercial, va a provocar una caída del comercio internacional, y una caída del nivel de actividad económica", concluye Luis Palma Cané.