"Deplorable estrategia de censura y hostigamiento de la dictadura de (Daniel) Ortega", escribió el director ejecutivo para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, en su cuenta de la red social Twitter.
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— José Miguel Vivanco (@JMVivancoHRW) 31 августа 2018 г.
El régimen de Ortega expulsó a los funcionarios del Alto Comisionado de Naciones Unidas del país en retaliación por el informe publicado sobre la represión.
Deplorable estrategia de censura y hostigamiento de la dictadura de Ortega. pic.twitter.com/ZJXnuxkCF7
El documento, titulado "Violaciones de derechos humanos y abusos en el contexto de las protestas en Nicaragua", y realizado en base a la visita de un equipo de la OACNUDH al país centroamericano, denuncia "múltiples formas de represión y otras formas de violencia, que han resultado en miles de víctimas, incluyendo aproximadamente 300 personas fallecidas y 2.000 heridas".
El informe concluye que "la respuesta de las autoridades reprimió sistemáticamente la disidencia al Gobierno".
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El Gobierno nicaragüense rechazó el documento calificándolo de "subjetivo, sesgado, prejuiciado y notoriamente parcializado, redactado bajo la influencia de sectores vinculados a la oposición, y ausente del debido cuidado en su redacción de manera objetiva".
La no gubernamental Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos asegura que 448 personas fallecieron desde que comenzaron las protestas, mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos calcula que son 322.
Sin embargo, la administración de Ortega afirma que el balance es de 195 fallecidos, y que las demás estimaciones son resultado de "manipulaciones".
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El Gobierno nicaragüense atribuye el derramamiento de sangre a sectores violentos de la oposición que intentan ejecutar un "golpe blando", mientras los opositores de Ortega afirman que se debe a la represión de las fuerzas oficialistas.