Duterte, quien había sido alcalde de Dávao antes de asumir la presidencia filipina, se refirió el 30 de agosto a la elevada tasa de delitos sexuales en esta ciudad, bromeando en un discurso público que "habrá más violaciones mientras haya muchas mujeres hermosas".
Filipinas "no se merece un presidente que viola intencionadamente nuestras leyes y alienta a los demás a hacer lo mismo (…) Toda la política de Duterte está influida por su mentalidad de violador. Él ve la presidencia como una licencia para erigirse en dueño de todos los filipinos, una licencia para administrar el patrimonio nacional según le parezca oportuno, una licencia para decidir sobre vida o muerte", dice el movimiento en una declaración citada por el canal CNN Philippines.
Babae Ako insta a los filipinos a plantarle cara "a un presidente que escupe a todo aquellos, por lo que nuestros ancestros han luchado y sacrificado sus vidas".
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