En 1995 se descubrió el primer exoplaneta cercano a Júpiter, considerado todo un avance astronómico. Hasta ese momento la ciencia pensaba que no existían porque su presencia desafiaba todo lo que hasta el momento se pensaba sobre la formación planetaria.
Se suponía que los gigantes gaseosos se formaban lejos de su estrella para permitir la acreción de hielos, algo imposible a órbitas más próximas y cálidas.
"Estos son planetas que demoran tres días en dar una vuelta a su estrella. Nosotros demoramos un año. Como están tan cerca, están muy calientes, porque reciben mucha luz de ella", explicó a Sputnik Maritza Soto, líder del equipo chileno, actual investigadora postdoctoral de la Universidad de Londres Queen Mary.
Los dos exoplanetas descubiertos por los científicos chilenos se suman a una lista de este tipo de cuerpos hallados en los últimos años. Su presencia permitirá seguir investigando sobre cómo sobreviven a las altas temperaturas de sus atmósferas.
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Según la investigadora chilena, también ayudará a comprender otro fenómeno que no se conoce su origen, que es de los planetas inflados.
De acuerdo a modelos astronómicos, se entiende que al ser planetas gigantes con masas como las de Júpiter, deberían tener un radio similar, sin embargo estos tienen un tamaño mucho mayor.
"Por eso se dicen que estos planetas están inflados, y efectivamente están grandes como un globo. Aunque todavía no se entiende por qué pasa esto, qué hay en el interior del planeta que hace que crezca tanto en tamaño", indicó Soto.
