Las imágenes de los niños fallecidos, así como las de sus familias cavando las tumbas para enterrarlos, no son menos impactantes que el comentario oficial de la coalición saudí. Afirmó que fue "una acción militar legítima" y que el bombardeo se realizó acorde "a las normas internacionales y leyes humanitarias".
Dicha justificación dejó perpleja a la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, exigió una investigación rápida e independiente sobre lo ocurrido. La declaración del Comité Internacional de la Cruz Roja fue más contundente: "Los niños no tienen que pagar el precio de una guerra con la que no tienen nada que ver".
Indicó que "el historial" que tiene Riad indica que no es un socio fiable "en cuanto a las exportaciones de armas". Subrayó, asimismo, que el Tratado sobre Comercio de Armas prohíbe transferir armamentos si se conoce que los mismos se pueden utilizar "para cometer genocidio o crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad o violaciones graves del derecho internacional humanitario".
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Parece que a algunos proveedores de armamentos se les están abriendo los ojos. Trascendió que el Gobierno español tiene previsto revisar los contratos de venta de armas a los países de la coalición dirigida por Riad. Según Amnistía Internacional, entre 2015 y 2017, la nación ibérica les exportó material bélico por un monto suprior a los 1.200 millones de euros.
No obstante, Guadi Calvo, especialista argentino en África, Oriente Medio y Asia Central, duda que Madrid renuncie a un negocio tan rentable.
"Creo que simplemente son fuegos artificiales para calmar las conciencias, en este caso, de los ciudadanos españoles que no quieren que su país siga teniendo el triste honor de ser asesino de niños", señaló.
"La guerra es un negocio, como es el petróleo, como es el oro, como es la energía nuclear. Es un gran negocio y nadie quiere quedarse fuera del mismo", agregó el experto, al calificar como "aberrante, inadmisible y realmente indignante lo que está sucediendo".
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Esta opinión es compartida por el experto ruso Ruslán Pújov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, quien dijo a nuestra emisora que en el mercado de armas hay una enorme competencia. Y nadie está dispuesto a perder sus posiciones en el mismo.
"Por ejemplo, EEUU, cada año, levanta una gran cantidad de restricciones aprobadas anteriormente para aumentar sus ganancias. Francia, por su parte, hasta llegó a transferir sus tecnologías", constató.
