Parece que la idea de Europa es tomar a Donald Trump por el pito del sereno. Los hechos hablan. Y es que tras la embestida pastoral del mandatario norteamericano contra Turquía, uno de sus socios fundamentales en Medio Oriente, en el más amplio sentido del concepto; contra Rusia, uno de sus grandes competidores, como calificó en su día el inquilino de la Casa Blanca; y contra Irán, uno de sus enemigos declarados, sus socios y amigos no hacen más que reírse en su cara. Sin mencionar las acciones de los propios damnificados en su cruzada comercial, como es el caso de China.
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Así las cosas, tras los reiterados reclamos a Alemania por su ruso-dependencia del gas, ofrecerle el suyo propio a un precio superior, y amenazar con sanciones a todo aquel que ose seguir adelante, del modo que fuere, con el Nord Stream 2, va Merkel, y tras recibir la visita del mandatario ruso, Vladímir Putin, ratifica su apoyo a la construcción del gasoducto que le brindará una mayor seguridad energética a su país.
Más de Alemania. También en la visita de Putin, pactó ayudar a la reconstrucción de Siria en cooperación con Rusia.
Mientras, de acuerdo a Reuters, respecto a las sanciones contra Irán, las compañías de seguros occidentales dejan de asegurar los cargamentos de petróleo procedentes de ese país. Pero para China eso no es un problema: respondió aceptando el seguro iraní sobre las importaciones de petróleo, aumentando sus compras de crudo del país persa, y enviando petróleo a los petroleros iraníes.
Al respecto, el economista español José Luis Carretero Miramar, observa que "todos los actores globales, en un mundo cada vez más multipolar, son cada vez más conscientes de que el intento de EEUU de reconstruir su hegemonía, tiene que fracasar, o [al menos] les conviene a todos que fracase. En ese sentido, han aparecido todo este tipo de fenómenos de alianza mutua, que no es del todo expresa, es decir, que se hace por medio de una serie de medidas laterales, de unas medidas que no son las que normalmente conoce la opinión pública de manera más palmaria por los medios de comunicación occidentales, pero que son enteramente efectivas".
Pero Alemania quiere más. En una entrevista concedida al periódico Handelsblatt, su ministro de Exteriores, Heiko Maas, declaró que la UE debe crear canales de comunicaciones interbancarias y financieras como el Swift, pero independientes de EEUU, para proteger a las empresas europeas de las sanciones de Washington relacionadas con Irán. Algo que desde Bruselas ven con muy buenos ojos.
Según Bloomberg, que refiere a los datos del Fondo Monetario Internacional, Rusia agregó 26,1 toneladas de oro a sus reservas el pasado mes de julio, alcanzando así 2.170 toneladas. Según el sitio web del Banco Central de Rusia, a 1 de agosto del presente curso, las reservas de oro del país se estimaron en 77.411 millones de dólares.
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Al respecto, en su artículo, Burden cita el análisis de John Meyer, socio de la empresa de inversión y consultoría SP Angel en Londres. "Los estadounidenses están utilizando el dólar como arma. Y es absolutamente correcto que Rusia quiera diversificar sus tenencias de divisas extranjeras. […] El oro es la mejor inversión líquida si no quieres ser rehén del dólar", indicó el experto.
En este sentido, Carretero Miramar incide en que "hay que tener presente que uno de los elementos fundamentales del poder estadounidense en estos momentos es el dólar. El gran poder que tienen los norteamericanos es que pueden darle a la máquina de imprimir billetes siempre que quieran, porque el dólar va a ser admitido internacionalmente siempre".
Pero, ¿qué pasa cuando no es admitido? "Se manda a los marines norteamericanos precisamente para obligar a los países a que lo admitan. Es un poco lo que según algunas versiones estaba detrás de la guerra de Irak de 1991. El hecho de que el propio Sadam Husein tuviera un plan estructurado precisamente para vender el petróleo en euros y no en dólares, sería uno de los motivos fundamentales de que los marines norteamericanos entraran posteriormente en Bagdad", explica el analista.
"Tratar de independizarse, tratar de conseguir autonomía con respecto a esa capacidad, es un movimiento que siempre es inteligente. Lo que pasa es que hay que tener la información y la capacidad para hacerlo, y en ese sentido probablemente Rusia la ha tenido", concluye José Luis Carretero Miramar.
