"Restringir la entrada de combustible de emergencia a Gaza es una práctica peligrosa con consecuencias graves para los derechos de las personas", señaló el coordinador de OCHA, Jamie McGoldrick, en un comunicado, publicado este 8 de agosto.
"El bienestar de dos millones de personas, la mitad de ellas niños, está en juego", advirtió.
McGoldrick recalcó que "es inaceptable que los palestinos en Gaza sean privados constantemente de los elementos básicos de una vida digna".
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El funcionario subrayó que la ONU ya compró la cantidad necesaria de combustible.
"Cinco hospitales pueden ser cerrados en los próximos tres días si no llega el combustible", puntualizó.
McGoldrick advirtió también que más de 2.000 pacientes se verían expuestos y es que sus vidas dependen del funcionamiento de los equipos electrónicos.
El 2 de agosto, el Gobierno de Israel prohibió por tiempo indefinido el suministro de gasolina y gas a la Franja de Gaza.