La receta contra EEUU en la guerra de sanciones con Irán

El embajador de Austria en Teherán, Stefan Scholz, ha anunciado que, en caso de que se dejen de importar de Irán petróleo, bienes y servicios a Europa, el Viejo Continente perderá, como mínimo, 10.000 millones de dólares, y desde la capital iraní ha añadido que a la Unión Europea le interesa mantener los lazos económicos con el país persa.

El diplomático ha dejado claro que las empresas europeas querrían minimizar las pérdidas derivadas de la amenaza de nuevas sanciones por parte de Estados Unidos sobre Teherán. ¿Cómo deberían responder los países europeos?

"Lo que no pueden hacer los países es enfrentarse a Trump de uno en uno. Estados Unidos ha iniciado un guerra comercial contra China, Rusia, Irán y varios países europeos (…) No hay duda en que la economía de Estados Unidos es una de las más potentes del mundo y que estos mismos países no pueden hacer nada por sí solos", advierte a Sputnik Bahnam Molki, un economista iraní independiente.

Con la salida de empresas europeas, el número de transacciones entre Irán y el Viejo Continente disminuirá pero, al mismo tiempo, los productores nacionales iraníes tendrán la oportunidad de desarrollarse, dice Molki.

Una de las empresas que ha decidido abandonar Irán es la francesa Peugeot, que ha sentido en sus carnes los daños. De hecho, la empresa —explica Molki— en cierta medida actúa de acuerdo con la política de Estados Unidos y "quizás recibirá beneficios de alguna forma" por hacerle caso.

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"Sin embargo, en mi opinión es poco probable que encuentre un mercado tan grande y rentable [como el iraní]", añade.

Si bien algunas empresas mantienen estrechos contactos con Estados Unidos y sus intereses se verán, por tanto, tocados al seguir en Irán, será importante ver si la Unión Europea reconoce las sanciones de EEUU como legítimas. "La UE puede establecer un banco [para invertir en Irán] o establecer los contactos que sean necesarios para sortear las sanciones", pone de ejemplo.

Sería un escenario en el que Europa evitaría problemas serios y en el que, incluso, podrían presionar a las empresas estadounidenses.

"Si la Unión Europea, Rusia y China van en contra de EEUU, la presión será fuerte", concluye.