El sindicato USPAC de los Mossos d'Esquadra (Policía catalana) difundió este 2 de agosto un comunicado en el que relaciona la agresión de un mantero a un turista estadounidense en Barcelona con la ocurrida el 1 de agosto en Salou (Tarragona), cuando dos agentes del cuerpo resultaron heridos leves tras enfrentarse a ellos una decena de vendedores ambulantes que los atacaron con palos.
El sindicato policial critica la "permisividad de nuestros jefes y políticos de las diferentes administraciones" que "hace que lejos de resolver este problema, año tras año se agrave y dé alas a este colectivo violento".
El comunicado de la USPAC llega poco después de conocerse los hechos ocurridos la noche del 1 de agosto en un café de la céntrica plaza Catalunya cuando el turista intentó defender a una mujer que estaba siendo increpada por un grupo de manteros (como se conoce a los vendedores ambulantes) cuando ésta les recriminó que no podía pasar con su carrito para bebés por la zona que ocupaban.
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El turista intercedió a favor de la mujer, que estaba siendo insultada, cuando los vendedores lo golpearon con un cinturón, causándole uno de los golpes una herida profunda y sangrante por un corte en la femoral realizado con la hebilla.
El portavoz del sindicato CSIF en la Guardia Urbana, Eugenio Zambrano, afirmó a los medios que lo "sucedido esta noche no es otra cosa que la consecuencia de la dejadez de la política de [la alcaldesa] Ada Colau en el tema de la venta ambulante, también del apoyo institucional que muestra sin pudor a este sector."
El suceso, y la difusión de las imágenes de la acera ensangrentada, reabrieron el debate sobre la venta ambulante en Barcelona, que la oposición considera que degrada la imagen de la ciudad; fuentes del consistorio argumentan por su parte que el debate se instrumentaliza con fines políticos y defienden que no hay problemas de seguridad en la ciudad.