Una vez rescatados, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo hizo de dominio público al revelar que el 22 de julio Israel evacuó a centenares de miembros de los Cascos Blancos y sus familias de Siria y los trasladó a Jordania. Lo hizo a petición del presidente de EEUU, Donald Trump, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y otros líderes.
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Y mientras Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, negó la participación del organismo en el traslado de los Cascos Blancos, Mohamad Kayed, un portavoz del ministerio de Exteriores jordano confirmó que Jordania "ha permitido a la ONU" organizar la entrada y el paso de los Cascos Blancos.
"El papel de Israel ha sido el de facilitar abriendo la frontera y trasladándolos a Jordania y de ahí a una serie de países que son los más interesados al parecer en estos personajes, estamos hablando de EEUU, Canadá, Francia y Reino Unido. No deja de ser curioso", explica Aguilar.
En un comunicado, la Cancillería rusa denunció que la evacuación de los Cascos Blancos de Siria es un indicio de hipocresía de este grupo. "Lo simbólico es que los Cascos Blancos prefirieron huir de Siria, apoyados desde el extranjero, y, de ese modo, revelaron su naturaleza y demostraron su hipocresía a todo el mundo, (…) demostraron claramente quiénes les hacían encargos y quiénes financiaban su existencia", indica la nota.
En opinión de Aguilar, estos argumentos son el punto crítico, y se plantea interrogantes. "¿Qué ONG humanitaria es la que sólo está en uno de los bandos? En este caso, en el bando de que han denominado rebeldes, terroristas, Frente Al Nusra, Al Qaeda. Qué organización no gubernamental tan rara es que ha recibido 23 millones de euros en financiación, entre otros de la USAID, es decir, directamente del Departamento de Estado norteamericano. Qué organización no gubernamental tan curiosa es, que precisamente aquellos que han interferido y han provocado la guerra y el conflicto sirio, sean los interesados en sacarlos desde allí. Todo por una razón muy sencilla: para evitar que caiga en manos de las tropas sirias o de sus aliados, y puedan contar efectivamente a qué se han estado dedicando estos señores", observa el analista.
Aguilar remarca que los Cascos Blancos son una organización montada para crear una campaña de propaganda a nivel mundial. "No deja de ser curioso que esta organización fuera premiada en los propios Oscar de Hollywood. Todo entra dentro del mismo aparato de propaganda en el que están las potencias occidentales, es decir, los enemigos de Damasco", indica el periodista.
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"Si ellos (los Cascos Blancos) se han dedicado a rescatar personas, ¿por qué tenían que temer del Ejército sirio? ¿Teme acaso la gente de Cruz Roja que hay en la zona, y que están llevando ayuda humanitaria al Ejército sirio? No. Es más colaboran con él para llevar precisamente ayuda humanitaria a las zonas en conflicto y a las zonas más castigadas. Lo temían estos (los Cascos Blancos) (…) porque tenían algo que ocultar", concluye Juan Aguilar.
