"Hemos estado enfrentando las situaciones complejas presentadas en su evolución como consecuencia de las lesiones traumáticas sufridas y su repercusión en el funcionamiento del organismo, donde la infección ha jugado un papel fundamental en tales complicaciones", comentó el director del Hospital Universitario General Calixto García, Edilberto González Ortiz a la Agencia Cubana de Noticias.
El médico explicó que la complejidad de los mecanismos de producción del trauma hace que su comportamiento evolutivo ofrezca a su vez complejidades a la actuación médica, las que deben ser evaluadas continuamente para la adopción de las medidas necesarias en cada momento.
El director del Hospital, donde se encuentra la paciente, precisó que los sistemas orgánicos de Díaz Almaguer funcionan de manera estable, se mantiene respirando a través del ventilador mecánico con parámetros aceptables y se trabaja sobre la ventilación para lograr que pueda respirar nuevamente por esfuerzo propio.
Respecto a su sistema cardiovascular, se lo ha logrado estabilizarlo, lo que permitió retirar los medicamentos que apoyaban dicha función.
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Precisó que se continúa trabajando en la conservación del control metabólico, del equilibrio hídrico y de los electrolitos, así como del medio interno en el que se realizan todos los procesos bioquímicos que garantizan el funcionamiento adecuado del organismo.
El especialista insistió que no se debe olvidar que existe riesgo potencial para la aparición de nuevas complicaciones, lo que dependerá de su capacidad de adaptación a su estado clínico, en el que confluyen factores de riesgo de diversa naturaleza y que se mantienen bajo vigilancia continua debido a las características que la hacen una paciente particular.
Por esta razón se dificulta establecer un pronóstico objetivo, y su estado en las circunstancias actuales es crítico, con pronóstico reservado, estableció el médico.
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El 18 de mayo pasado, un avión Boeing 737 propiedad de la compañía mexicana Damojh, arrendado por la aerolínea Cubana de Aviación, se precipitó a tierra después de su despegue, provocando la muerte de 112 personas que viajaban en la ruta La Habana-Holguín.
