"Como resultado de las anomalías climáticas y el impacto del factor humano, las situaciones de emergencia adquieren mayores proporciones y representan una amenaza real para el desarrollo socio-económico del país", dijo.
El ministro recordó la inundación a gran escala que se produjo en el Lejano Oriente ruso en 2013 y los incendios forestales que se declararon en Siberia en 2017 y 2018, constatando que los cataclismos adquieren un carácter cíclico.
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Señaló que eso despierta una especial preocupación y también reconoció que no se hace el máximo para prevenir los desastres naturales oportunamente.