De hecho, tres de estos cuatro países tenían en aquellos años gobiernos de corte liberal. Por el contrario, el Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) miraba el proceso del Pacífico con recelo y lejos estaba de querer adherirse. Pero la región ya no es la misma que a principios de la década pasada, y la Unasur, el Alba y la Celac perdieron protagonismo.
"La AP sigue siendo un mecanismo estadounidense por donde quiera que lo veamos", asegura el analista internacional mexicano Salvador González Briceño, al comentar las implicancias políticas de la convergencia con el Mercosur. "Como que quisiera revivir el tema del ALCA, que murió", completa la idea el experto, en alusión al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas que en 2005 impulsaba el expresidente George Bush, y que el progresismo latinoamericano rechazó de plano.
En tiempos de proteccionismo, eliminación de procesos incipientes como el Tratado Transpacífico y la revisión de acuerdos comerciales por parte de Estados Unidos, la confluencia entre Mercosur-AP —los principales bloques regionales en la actualidad- se presenta como una oportunidad.
"El hecho de que participan casi 60 países en esta cumbre habla de la importancia y la necesidad de avanzar en términos de libre cambio, que al final de cuentas hay ciertos beneficios (…) no podemos avanzar hacia el proteccionismo; ahí está un objetivo a lograr".
González Briceño, creador de una página especializada en geopolítica desde una perspectiva latinoamericana sostuvo que "el tema de la integración sigue siendo fundamental, no sólo para confrontar a EEUU sino por la consolidación de ese sueño latinoamericano, bolivariano que sería el único camino para salir del atolladero y los diques que siempre pone por delante EEUU".
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Con siete años de existencia, la Alianza concentra 38% del Producto Interno Bruto de América Latina, representa un mercado de más de 221 millones de personas, absorbe 43% de la inversión regional y suma 57% de su comercio exterior.
Cuenta con 55 países como observadores en los cinco continentes, destacándose 28 de Europa, además de las dos principales potencias: EEUU y China. Cinco países están en espera de convertirse en estados asociados, entre ellos Canadá y Australia, que primero deben firmar acuerdos comerciales con el bloque para adquirir ese estatus.
