Los candidatos en liza son la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (47 años) y el vicesecretario de comunicación del partido, Pablo Casado (37).
Ambos se disputarán la presidencia del Partido Popular tras ser las dos opciones más apoyadas entre una terna de seis candidatos tras una votación preliminar celebrada el pasado 5 de julio, con la participación de 66.000 militantes.
La elección de este 21 de julio se realizará a través de 3.082 compromisarios designados en función de los resultados de la votación en primera vuelta.
Mariano Rajoy fue presidente del partido desde el año 2004, lo que le llevó a ser candidato del PP en todas las elecciones generales desde entonces.
De esa manera, Rajoy llegó a ser presidente del Gobierno de España en el año 2011, manteniendo el cargo hasta el pasado mes de junio, en el que perdió el puesto tras el triunfo de una moción de censura impulsada por el Partido Socialista.
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Tras el triunfo de esa moción de censura, presentada al calor de una sentencia que condenaba al PP como partícipe a título lucrativo en una trama de corrupción a gran escala, el socialista Pedro Sánchez se hizo con la presidencia del Gobierno.
Con el paso de los conservadores a la oposición, Rajoy decidió dar un paso al costado y el Partido Popular convocó un Congreso Extraordinario para elegir nuevos liderazgos.
Antes de la votación, los candidatos pronunciaron un discurso ante los compromisarios.
Santamaría, que durante la campaña mostró una línea continuista con el Partido Popular de los últimos años, pronunció un discurso en clave interna, haciendo llamados a la unidad y lamentando no haber podido alcanzar un acuerdo con Casado para integrar una lista conjunta.
En el plano ideológico, Santamaría, que se presentó como la candidata favorita de los afiliados tras ser la más votada en primera vuelta, prometió trabajar por que el Partido Popular siga siendo "el eje central de la política española" desde "un espacio de moderación que va desde la derecha hasta el centro político".
En distintas ocasiones, la ex vicepresidenta del Gobierno evitó dirigirse a Casado como un adversario y subrayó que su objetivo es "ganar al PSOE y a Pedro Sánchez", pero también "a los populistas y a los que quieren romper España".
Por su parte, Pablo Casado, que pronunció un discurso más duro, defendió al Partido Popular como una formación política que, sobre todo, debe defender "la libertad individual de las personas" y la unidad territorial de España.
En su discurso, Casado se proclamó como un candidato de renovación, capaz de "devolver la ilusión" al Partido Popular.
Entre otras cosas, Casado se presentó como el candidato de "la España de los balcones", en referencia a las personas que, con motivo de la crisis política en Cataluña, decidió mostrar su apoyo a la unidad de España colgando banderas en ventanas y balcones de sus viviendas.
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Del mismo modo, defendió al PP como "el partido de la vida y de la familia" y manifestó su malestar con las decisiones adoptadas por Pedro Sánchez en materia migratoria al permitir la acogida de inmigrantes rescatadas por oenegés en el mar Mediterráneo.
Está previsto que los resultados de la votación se publiquen este sábado en torno a las 13.00 (hora local).