"Se propone establecer como productos y recursos de importancia estratégica a todas las poblaciones de oso pardo y tibetano, y a los ciervos almizcleros, teniendo en consideración su alta demanda en los mercados ilegales extranjeros, lo que requiere tomar medidas especiales de protección jurídica", dice el documento.
De aprobarse el proyecto, el contrabando de productos de estos animales será castigado por el artículo 226.1 del Código Penal de Rusia, el mismo que tipifica el delito de contrabando de armas.
Este artículo prevé penas de hasta 12 años de cárcel y multas de hasta un millón de rublos (más de 15.800 dólares).
En marzo pasado, la Fiscalía General de Rusia comunicó que la población de oso pardo se redujo en el país en un 36%: de 225.000 ejemplares en 2015 a 143.000 en 2017.
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