Según informa el diario El País en su edición digital, la corrección de las dimensiones del submarino obligará al Ministerio de Defensa a dragar y modificar las infraestructuras del puerto de Cartagena, que funcionará como base del mismo, para que quepa en él.
Anteriormente, el peso excesivo de la nave, que impedía que saliese a flote una vez sumergido, obligó a la Armada a aumentar 10 metros su eslora y 800 toneladas su desplazamiento, con un sobrecoste millonario que fue denunciado por la oposición, que criticó que nadie asumiese responsabilidades por los continuos errores en el desarrollo del proyecto.
El rotativo indica que el Gobierno español aprobará la elevación del techo de gasto del nuevo submarino en 1.772 millones de euros.
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Además, existen dudas sobre el sistema de propulsión independiente del aire (AIP) —que proporciona una mayor autonomía a los submarinos convencionales— que, de modificarse, podría acarrear otro sobrecoste.
En declaraciones a la cadena de radio Onda Cero, la ministra de Defensa, Margarita Robles, admitió que hubo "deficiencias en el proyecto", pero aseguró que "ya están corregidas" y que el proyecto es "absolutamente viable".
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