La exministra Nicky Morgan y otros diputados 'tories' han retomado la batalla en apartados de la ley de Comercio en el post-Brexit que habían abandonado tras la reunión ministerial de Chequers del pasado 6 de julio.
La nueva capitulación ante los 'brexiteros duros' ha impulsado enmiendas contrapuestas de conservadores favorables a la permanencia en la UE, que cuentan con apoyos en las bancadas laboristas y de otros partidos de la oposición.
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"Me estoy hartando de que me llaman traidora", ha reprochado Anna Soubry, secretaria de Estado en el anterior Gobierno conservador y cabecilla de las 'rebeldes' europeístas.
"Será objetivo de la autoridad pertinente tomar todos los pasos necesarios para implementar un acuerdo internacional que permita al Reino Unido participar después del día de la retirada [de la UE] en una unión aduanera con la UE bajo los mismo términos que existan el día anterior a la salida", reza la enmienda que han reintroducido este martes 17.
Esta propuesta condiciona al Gobierno a mantener al país en "una unión aduanera" si no alcanza un acuerdo comercial con la UE para el 21 de enero de 2019, tres meses antes de la fecha oficial de la salida.
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May no tiene la mayoría absoluta en Westminster y su plan Brexit depende ahora de los 'rebeldes europeístas' a quienes disgustó favoreciendo a los puristas el día anterior.
"El acuerdo de Chequers ha muerto", sentenció el diputado laborista, Chris Bryant.
El veredicto es quizá prematuro pero el Gobierno continúa dando bandazos en su camino hacia el Brexit y sufrieron una hemorragia de bajas desde la dimisión de los ministros euroescépticos, David Davis y Boris Johnson, hace menos de diez días.