La política de Turquía hacia Siria "no puede permitirse seguir siendo la misma" y la asignación de Pekcan "crea esperanzas", comentó a Sputnik el profesor de relaciones exteriores de la Universidad Atilim, Hasan Unal. El profesor indicó que el cierre de las fronteras y la suspensión de las relaciones con el país vecino no le han traído a Ankara nada más que pérdidas económicas. Las relaciones de Turquía con Rusia e Irán en gran medida dependen también del cambio de la política turca hacia Siria.
"Es muy probable que durante la reunión trilateral de los líderes de Irán, Rusia y Turquía que tendrá lugar en Teherán en agosto, Putin y Rohaní le pregunten a Erdogan cuándo Ankara piensa restablecer las relaciones con Damasco y transferirle a Siria los territorios que hasta ahora son controlados por las fuerzas armadas turcas", sostuvo Unal.
Además, no se puede evadir el problema de los refugiados. Ankara ha gastado 40.000 millones de dólares en programas de acogida de refugiados. Si Turquía quiere que estas personas regresen a su patria, debe tomar una serie de medidas y restablecer el diálogo con las autoridades sirias, de lo contrario le será muy difícil llevar a los refugiados a casa.
"Todo esto nos permite esperar que la política exterior turca se someta a importantes cambios en Oriente Medio y Siria en particular", concluyó el profesor.
Por su parte, el politólogo Baris Doster, de la Universidad del Mármara, comparte una visión más reservada y dice que aún es muy temprano para sacar conclusiones respecto de las futuras relaciones con Siria. El especialista indicó que en el discurso de Erdogan no ha habido un cambio de tono hacia el Gobierno del vecino país. Además, Mevlut Cavusoglu, ministro de Exteriores turco y fuerte crítico del presidente Basar Asad, mantiene su puesto en el nuevo gabinete. La asignación de Ruhsar Pekcan como ministra de Comercio, explicó, puede ser un simple reconocimiento de sus méritos profesionales, sin referencia alguna a su labor anterior.
