El texto de la declaración señala que aunque la OTAN "suspendió toda la cooperación práctica civil y militar" con Rusia, la Alianza Atlántica "sigue abierta para un diálogo político".
"La OTAN no busca confrontación con Rusia ni representa amenaza para ella", dice el documento.
Según la declaración, la Alianza Atlántica "sigue abierta a un diálogo periódico, concreto y sustancial con Rusia" en el marco del Consejo Rusia-OTAN, "para evitar cálculos erróneos, malentendidos, escaladas de tensiones involuntaria y aumentar la transparencia y la predictibilidad".
El texto indica que continúan haciendo frente a la situación de "seguridad deteriorada", fortaleciendo la defensa en la parte oriental de la OTAN.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, comunicó antes que la OTAN entiende que Rusia no prevé atacar a nadie pero se aprovecha de ese pretexto para aumentar su presencia militar cerca de las fronteras rusas.
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Además, la declaración conjunta afirma que la OTAN considera que Rusia representa un desafío para la seguridad euroatlántica.
"Rusia desafía la seguridad y la estabilidad euroatlánticas mediante ataques híbridos, incluidos los intentos de inmiscuirse en los procesos electorales y en la soberanía de nuestras naciones", dice el texto de la declaración.
El texto pone como ejemplo el caso de Montenegro, donde Rusia supuestamente llevó a cabo "amplias campañas de desinformación y actividades cibernéticas malintencionadas".
La declaración también acusa a Rusia de llevar a cabo "actividades militares provocativas cerca de las fronteras de la OTAN, como el emplazamiento de misiles modernos de doble uso en Kaliningrado, infracciones repetidas del espacio aéreo de la OTAN y la concentración de fuerzas militares en Crimea".
En el texto los países de la OTAN también reprocharon a Rusia sus "inversiones en la modernización de las fuerzas estratégicas, la retórica nuclear irresponsable y agresiva y los ejercicios a gran escala que se realizan sin aviso".
"Condenamos el ataque con la sustancia neuroparalizante de grado militar en Salisbury, el Reino Unido", agrega la nota.
"Nos solidarizamos con la estimación del Reino Unido", subraya.
Por su parte Rusia rechazó la acusación de Montenegro de intervenir en sus asuntos internos, al apuntar que fueron hechas para justificar ante su propio pueblo el ingreso del país en la Alianza Atlántica.
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Además, Moscú ha subrayado en varias ocasiones que la península de Crimea se adhirió a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
En cuanto al emplazamiento de los sistemas de misiles Iskander-M en el enclave báltico de Kaliningrado, Rusia apuntó que fue una respuesta simétrica a las acciones de la OTAN, e insistió en que estos sistemas no amenazan la seguridad internacional ya que se trata de "armas defensivas, no ofensivas".
El Kremlin subrayó que con su nuevo armamento Rusia no amenaza a nadie ni planea usar su potencial militar con fines ofensivos o agresivos, rechazó las acusaciones de infringir algún artículo de la ley internacional sobre el desarme y el control de armamento e insistió en que "Rusia ha cumplido, cumple y seguirá cumpliendo todos sus compromisos internacionales".
El bloque militar justifica su ampliación por la necesidad de defenderse contra supuestas amenazas rusas, y contener su presunta política de agresión.
Rusia ha advertido en numerosas ocasiones a la OTAN que la ampliación de este bloque militar socava los pactos de los años 90, que proclamaban que nadie garantizará su seguridad a costa de otros, y constituye uno de los mayores desafíos a la estabilidad y la seguridad de Europa.
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Moscú también considera que las acusaciones de la Alianza Atlántica carecen de fundamento real, al no existir acción agresiva alguna por parte de Rusia.