"Salgado era un genio, solamente está olvidado, pero no por eso es de segunda clase o importancia, su música es una revelación, es hermosísima, y el elenco que tenemos es de gran calidad", contó a Sputnik el director musical de la obra, Michael Meissner.
Claro que con ciertas diferencias, pues mientras Wagner logró en vida "con una incansable autopromoción aterrizar su sueño de ver la teatrología en escena, Salgado era un hombre opuesto, discreto, noble, elegante, que odiaba la autopromoción, por lo que se tuvo que llevar su sueño de ver y escuchar sus obras a la tumba".
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Pero "aunque la persona no está con nosotros, su obra es eterna y eso queremos mostrar al público ecuatoriano, al mundo entero, que en Ecuador había un genio de la ópera para siempre", agrega el músico.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 14 февраля 2018 г.
El director de Eunice explica además que existía una necesidad de sacar a la luz "este tesoro que son las obras olvidadas del maestro Salgado" que tenían "un velo del silencio encima" pues su existencia data ya de más de 60 años "y ahora finalmente podemos levantar una esquinita de ese velo".
Eunice relata historia sobre la valentía y los sacrificios de los cristianos de la primera época para difundir su doctrina la cual, por su valor subversivo, se convierte en objeto de persecución; fue escrita entre 1956 y 1962 y estuvo inspirada en la novela "Quo Vadis?" del escritor polaco Henryk Sienkiewich, premio Nobel de literatura en 1915.
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Respecto a la música, Meissner apunta que el lenguaje de Salgado no se basa en la música popular ecuatoriana, como sí lo hacen algunas de sus obras, sino que es un lenguaje "bastante abstracto y utiliza la técnica wagneriana de los live motives o motivos guía" que hace que "cada personaje sea siempre identificable".
Pero todo esto tiene un gran trabajo detrás, pues para cristalizar la obra del compositor ecuatoriano nacido en 1903 en Cayambe (norte), el primer paso fue digitalizar la partitura que estaba compuesta por 400 páginas escritas "a lápiz por el maestro" con "quizá medio millón de notas".
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El trabajo incluyó no solo leer las notas, sino corregirlas levemente ya que en la época de Salgado "no había forma de controlar auditivamente como sonaba la partitura, todo estaba en su imaginación y la verdad" se merece "mis respetos, ¡qué gran genio ha sido Salgado y sigue siendo!", anota Meissner.
Entre los cantantes solistas hay uruguayos, venezolanos y ecuatorianos, aunque "en el arte eso no importa" porque "la música no tiene fronteras".
En total, la puesta en escena involucra a más de 200 artistas y técnicos, entre los que se cuentan directores, diseñadores, solistas vocales, integrantes de los coros y del cuerpo de danza e instrumentistas de la orquesta.
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A Meissner le alegra que finalmente esto sea posible, pues en el tiempo que Salgado escribió su obra "no había orquesta en Ecuador" y aunque hubiera existido "no hubiera sido capaz de tocarla adecuadamente" debido a la época.
La intención es además que Eunice genere una visión diferente de la cultura sinfónica y operística del país y lo coloque en el mapa mundial de este género.
Todo el montaje de la obra ha tenido el respaldo del Ministerio de Cultura y Patrimonio del país, lo que ha permitido que el costo para el público sea bastante accesible permitiendo a más personas conocer de cerca esta parte del patrimonio musical nacional.
