Echando por tierra las esperanzas de millones de fanáticos ilusionados con que el equipo de Messi tuviera una segunda oportunidad para llevarse la copa que se les escapara de las manos hace cuatro años en la final frente a Alemania, la selección albiceleste se quedó afuera del Mundial de Rusia 2018 el sábado 30 de junio luego de perder contra Francia en los octavos de final. Pero los argentinos, al menos desde su visión se autoproclamaron el premio a la mejor hinchada.
El fútbol en la Argentina es una religión. Así como en la tradición católica existe la Santísima Trinidad compuesta por Padre, Hijo y Espíritu Santo, en esta apasionada nación austral existen Maradona, Messi y el 'aguante' de la hinchada.
Juan es un emprendedor y exjugador de fútbol profesional argentino de 29 años y dice que empezó a planear el viaje a Rusia "desde la noche que perdimos la final contra Alemania en Brasil 2014", campeonato al que también asistió. "Sin duda es una sensación especial y única. Un evento ideal para los futboleros de alma. Ha sido una de las grandes experiencias de mi vida. Es adictivo", confesó.
"El fútbol, con la pasión con que se vive por lo menos acá en Argentina, te contagia un montón de cosas como el sentido de pertenencia, de dejarlo todo, de ese 'fuego sagrado' del que tanto se habla acá", dijo 'El Profe' a Sputnik, después de la ceremonia de fin de temporada de los chicos de segundo grado en la escuelita de fútbol donde trabaja.
"Este nivel de pasión en los argentinos es muy particular porque vivimos muy acelerados y pensamos siempre en extremos, es todo o nada, todo bien o todo mal, y es cultural, va más allá del fútbol", dijo Nahuel.
"El problema es que nos importa solo el resultado y el éxito, y tenés cosas como la violencia dentro y fuera de las canchas. Las nuevas generaciones están normalizando esto y es un peligro porque los chicos repiten lo que escuchan en la tele o de los mayores, entonces el deporte se ensucia y no lo termina disfrutando nadie, ni los jugadores ni los hinchas, ganen o pierdan", agregó.
María Silvia Dameno, psicoterapeuta clínica que ha trabajado en trabajos de investigación con jugadores de fútbol sobre control de la competitividad y nociones de equipo, reflexionó en conversación con Sputnik acerca de esta doble cara de la pasión argentina por el fútbol.
"La palabra 'pasión' viene del griego 'pathos' y tiene que ver con aquello que se padece pero también con la noción de que algo nos toma a los seres humanos intensamente, como estar apasionadamente enamorado, por lo que claramente las pasiones nos ponen más creativos y despiertan algo muy positivo como de espíritu de cuerpo en una hinchada", analizó.
"En la idiosincrasia del hincha argentino existe una necesidad de considerarse único y protagonista, aunque no lo seamos. Las hinchadas brasileñas e inglesas son tan pasionales como las nuestras, lo que es característico del argentino es que cuando las cosas salen mal tenemos que siempre encontrar un culpable, en vez de admitir que lo hicimos mal y punto, algo que claramente tiene que ver con la soberbia", profundizó Dameno.
Además: El más grande admirador de Messi está en la India
Esta equiparación con Brasil e Inglaterra haría reaccionar a cualquier fanático argentino. Luego de la victoria de la selección argentina contra Nigeria en el tercer partido de la fase de grupos, se hizo viral un video realizado por un canal de TV español que mostraba las insólitas reacciones de argentinos ante el gol de Marco Rojo sobre la hora y cómo el país se había paralizado para ver el encuentro.
"Realmente lo vivimos muy diferente al resto. Somos, sin duda, más pasionales, más creativos, más eufóricos", asegura Juan desde Moscú. "Los malos resultados nos han convertido en una hinchada sufrida y cada vez más seguidora. Es increíble ver miles de argentinos en tierras tan lejanas dejando muchas cosas de lado para sostenerse solo en una ilusión remota. Todos sabíamos que este Mundial sería difícil pero igual vinimos a Rusia pensando que podíamos ganarlo", sostuvo.
"Las imágenes de esos últimos cinco minutos contra Nigeria quedarán para mí toda la vida. La ilusión desmedida de los hinchas, el aliento hasta el hartazgo y la cantidad que fuimos", narró Juan. "Y la hospitalidad del pueblo ruso, siempre dispuesto a ayudar; la grata sorpresa de encontrarse con un país que dejó disfrutar sin límites a hinchas de todo el mundo", concluyó.