Así se desprende de los comentarios por escrito que la UE envió el 29 de junio al Departamento de Comercio de EEUU, después de que el presidente Donald Trump apelara nuevamente al artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, ya utilizado para imponer aranceles al acero y el aluminio, y amenazara con gravar con un 20% los autos ensamblados en el la UE.
Las investigaciones amparadas en el artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, como la que EEUU lleva a cabo en relación con el sector del automóvil, buscan determinar los efectos de las importaciones de renglones específicos sobre la seguridad nacional de EEUU.
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Para los Veintiocho, la investigación en curso (como la realizada en relación con el acero y el aluminio), "carece de legitimidad y de base fáctica y viola las normas comerciales internacionales".
Las compañías automotrices de la UE, según el documento, contribuyen al bienestar de EEUU. Están bien integradas en la cadena de valor estadounidense, exportan un 60% de los automóviles a terceros países, incluidos los de la UE, con lo que contribuyen a mejorar la balanza comercial de EEUU y proporcionan 120.000 empleos directos en plantas de fabricación y otros 420.000 en las redes de concesionarios.
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Subrayó que "los automóviles europeos no amenazan ni empeoran el estado de la industria y la economía de EEUU".
Schinas también recordó que este mes de julio el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, viajará a Washington para abordar esta situación con el presidente norteamericano.