Según datos del medio, los dos individuos, un hombre y una mujer, fueron imputados por varios delitos, entre ellos los de asociación de malhechores terroristas y infracción de la legislación sobre los explosivos en relación con actividades terroristas.
A partir de diciembre de 2003, AZF, que se definía como "grupo de presión de carácter terrorista", emitió varias amenazas de bombas en los ferrocarriles de Francia y exigió cuatro millones de dólares y un millón de euros.
La policía trató de remitir el dinero a AZF, pero no logró encontrar el escondite indicado por los terroristas.
Sin embargo, las autoridades hallaron una bomba artesanal en un lugar señalado por AZF.
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Días después, fue encontrado otro artefacto explosivo, aunque no se confirmó si era obra de la agrupación.
En marzo de 2004, AZF anunció que suspendía sus actividades por problemas tecnológicos y logísticos, entre otros.