"Con el llamamiento [de Tsai Ing-wen] a contener a China y a unir a los países liberales para conseguirlo […] se ha dirigido a una audiencia claramente occidental", asegura a Sputnik el subdirector del Instituto de Estudios Asiáticos y Africanos de la Universidad Estatal de Moscú, Andréi Karnéev.
A su vez, la respuesta de la China continental a la isla no solo está dirigida al Gobierno de Taiwán, sino también a los gobiernos occidentales y a las organizaciones públicas. Las trabas para que se formule una alianza de liberales las pondrá "el propio Estados Unidos".
Para el subdirector del Instituto de Estudios Asiáticos y Africanos, la respuesta de China ha sido "una buena razón" para que el Gobierno del país vuelva a hacer patente su posición frente a la cuestión taiwanesa. El gigante asiático quiere hacer ver que el partido de Tsai Ing-wen, el Partido Democrático Progresista, "pone trabas" a que se desarrolle la cooperación a ambas orillas del estrecho, rechaza establecer vínculos con Pekín y refuerza su relación con Estados Unidos, incluso, en lo militar, lo que le complica la situación a la isla.
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Las declaraciones de Tsai Ing-wen persiguen dos objetivos, explica a Sputnik el asistente de dirección del Centro de Seguridad Regional de la Academia China de Ciencias Sociales, Yang Danzhi. El primero tiene mucho que ver con la tendencia de Taiwán a aumentar la presión sobre China desde la comunidad internacional, sobre todo gracias a Estados Unidos. "La guerra comercial, la cuestión coreana, la cuestión taiwanesa y los problemas en el mar Meridional de China", explica.
"La cantidad de jóvenes taiwaneses que se van a China crece por la falta de perspectivas de futuro en Taiwán […] Toda la economía, la producción y la mano de obra se están mudando al continente", explica. Motivo por el que las autoridades taiwanesas desean tomar cartas en el asunto.
Danzhi duda de que Taiwán sea capaz de tejer una alianza de liberales contra China. "El Ministerio de Exteriores de China envía una señal al resto de Estados y espera que entiendan que la cuestión taiwanesa ocupa un lugar clave en los intereses nacionales de la República Popular China. "El país no va a hacer concesiones", advierte.
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