Bangladés podría ser el país asiático que más seguidores aporta a la pasión albiceleste en la región.
Pero más curiosa aún es la causa de la simpatía que despiertan los futbolistas argentinos entre los bangladesíes desde la Copa del mundo de México 86. Diego Armando Maradona sembró la pasión con sus dos goles a Inglaterra, cuando Bangladés apenas se había independizado [en 1971] de Pakistán y antes del Imperio británico.
El dolor que guardaron de toda la pobreza y hambruna que dejó por estos lares el paso inglés fue vengado con los pies de un argentino, que a partir de entonces se convirtió en Dios. Sin un equipo nacional de fútbol, los bangladesíes han abrazado la bandera de Argentina como un símbolo de fortaleza deportiva y en ella se ven representados.
En 1994, cuando Maradona fue expulsado del Mundial de Estados Unidos por dopaje, cientos de bangladesíes salieron a las calles y quemaron carteles con la foto del entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange, para pedir que el astro argentino fuera reincorporado, según La Nación.
Desde entonces la pasión ha proliferado y con la llegada de Lionel Messi, estos asiáticos no pueden estar más complacidos. Los vídeos muestran la locura nacional que originó este triunfo de Argentina en el Mundial de Rusia, y cómo los seguidores tratan de explicar por qué el delantero del Barcelona es el mejor jugador del mundo.
Una impresionante caravana con cientos de seguidores con camisetas albicelestes y banderas argentinas recorrió las calles del país para celebrar el pase de la selección a octavos.
Además: Los médicos cuentan sobre la asistencia a Maradona después del partido Argentina-Nigeria