Devuelven forzosamente a la civilización a un Robinson Crusoe moderno (vídeo)

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Masafumi Nagasaki, un moderno Robinson Crusoe japonés, acudió a una isla desierta por su propia voluntad hace casi tres décadas. A sus 82 años seguía viviendo en la isla de Sotobanari, al suroeste de Japón, e incluso fue protagonista de un documental de Álvaro Cerezo.

No se sabe exactamente a qué se dedicaba el japonés antes de acabar en la isla y tampoco hay demasiados detalles de su pasado. Según contó, Nagasaki decidió fundirse con la naturaleza al ver la gran escala de polución ambiental por la ventanilla de un avión.

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En un principio, el 'ermitaño desnudo', un apodo que le dieron los medios de comunicación hace algunos años, planeaba pasar un par de años en la isla, pero acabaron siendo casi tres décadas, informó el medio news.com.au.

"Aquí en la isla no hago lo que me dice la gente que haga, simplemente sigo las reglas de la naturaleza. No puedes dominar la naturaleza, así que la obedeces por completo", dijo.

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A sus 82 años, Nagasaki tenía una determinada rutina que empezaba cada día con una sesión de estiramientos. A pesar de las dificultades que ha experimentado en la isla, el 'naufrago voluntario' dijo que jamás le pudo la tristeza.

"Nunca me he sentido triste aquí, no puedo sobrevivir con este tipo de sentimientos. Las cosas aquí son más realistas", comentó.

No obstante, en abril del 2018 alguien vio al 'ermitaño desnudo' sobre la isla y les pareció que estaba débil, por lo cual informaron a las autoridades. De acuerdo con el medio australiano, la policía de Japón se lo llevó de la isla y Nagasaki no pudo resistirse por no tener fuerzas.

De acuerdo con Álvaro Cerezo, Nagasaki está bien, "al parecer era una gripe o algo similar lo que tenía". Sin embargo, no le permitieron volver a vivir en la ínsula y ahora se encuentra en Ishigaki, la ciudad nipona más cercana.  

Antes de estos sucesos el náufrago dijo que era en esta isla donde quería acabar sus días, puesto que "es importante encontrar un lugar donde morir".

"Morir aquí, rodeado de naturaleza. No puedes ofrecer nada mejor, ¿verdad?", concluyó el Robinson Crusoe nipón.

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