Antes, las embarazadas que daban a luz eran acompañadas por otras mujeres conocidas popularmente como "matronas". Esta figura era asumida por una persona que ya había pasado por la experiencia del parto y que daba su apoyo cuando los nacimientos sucedían en los hogares.
En este contexto, la doula recupera aquel antiguo papel de la matrona y busca proteger a la gestante de los estímulos externos que podrían inhibir el proceso de parto, un papel que hoy está avalado por la ciencia.
"Antes era algo que ocurría por costumbre, por intuición, porque era una práctica. Sin embargo hoy tenemos el respaldo de muchos estudios que demuestran que para una mujer vivir su trabajo de parto acompañada de otra mujer que tiene experiencia en un parto sin intervenciones, es tremendamente beneficio" explicó a Sputnik María de los Ángeles Solar, doula de la organización chilena Alumbra.
Hoy los sistemas de salud públicos y privados realizan los partos asistidos por el uso de la oxitocina sintética para provocar las contracciones, o por la anestesia epidural para reducir el dolor. Las mujeres que quieren pasar por la experiencia del parto acompañadas por una doula no solo buscan llevarlo de forma natural, sino también estar protegidas de la violencia obstétrica. Un ejemplo es la prescripción de la cesárea cuando no es necesaria, o el maltrato por parte del personal de salud.
"La mujer llega con mucha más información sobre los derechos, sobre sus opciones, sobre cuáles son los pro y contra de las distintas alternativas. Una mujer que está acompañada por una doula tiene la posibilidad de plantearle a su equipo médico cuáles son sus deseos para el trabajo de parto. Hoy la OMS respalda estas condiciones que desde el punto de vista fisiológico la mujer necesita", señaló Solar.