El Pentágono parece estar muy satisfecho con los submarinos nucleares de ataque (SSN) de clase Virginia y ya ha anunciado su intención de aumentar el número de buques con una adquisición de entre 30 y 48 unidades.
Para el año fiscal 2019, la Armada planea comenzar la fabricación de un nuevo modelo Virginia Block V que incorporará un módulo de carga útil Virginia Payload Module (VPM). Este módulo aumenta significativamente la potencia de fuego del submarino con cuatro nuevos tubos, con capacidad para transportar siete misiles de crucero Tomahawk cada uno —con 28 armas adicionales en total—.
Probablemente esta no sea la última evolución de los Virginia. La Armada espera incluir otras mejoras en los buques dentro del nuevo Plan de Evolución Submarina Táctica (TSEP). Según este proyecto, la Armada no esperará a la creación de otros modelos más nuevos, sino que irá introduciendo nuevas tecnologías en los buques a medida que los sistemas estén listos para implementarse. Esto permitirá ir borrando las tradicionales líneas divisorias entre diferentes modelos del Virginia: el Block I, II, II y IV.
Pero el problema que los ingenieros están comenzando a encontrarse es que el diseño de la clase Virginia literalmente se está quedando sin espacio para albergar nuevas tecnologías, apunta un reciente análisis publicado en la revista National Interest. En algún momento la Armada tendrá que saltar a un nuevo diseño de SSN. Si bien el plan original era que los nuevos submarinos se comenzaran a construir en 2034, los planes para el nuevo SSN están en constante cambio, resalta el artículo.
"Nos estamos quedando sin margen de diseño en esta gran plataforma y la flota tiene algunas necesidades que esta plataforma no puede cumplir. Es por eso que bajo el liderazgo del almirante [William] Merz, comenzamos la discusión sobre cómo vamos a aprovechar las mejoras al máximo de los diferentes modelos Virginia mientras nos preparamos para lo que vendrá después del Virginia", declaró a finales de 2017 Brian Howes, entonces director interino de la División de Guerra Submarina.
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Howes adelantó que el programa TSEP identificaría las "capacidades que vamos a exigir que se introduzcan a nuestros constructores navales en esta plataforma, y si no se pueden introducir, las vamos a diseñar para el futuro".
El análisis de National Interest concluye que la Armada de EEUU debe moverse con rapidez para asegurar que sus submarinos no queden obsoletos frente a las nuevas amenazas ya existentes, como los nuevos buques de clase 885 Yasen de Rusia.
