También confesó sus temores de que, en caso de que Bielorrusia sufra una crisis económica, se desencadene una guerra como ya pasó en Ucrania.
"Estamos en el frente. Si no sobrevivimos estos años, si fracasamos, significa que tendremos que ir a formar parte de otro Estado, o nos va a humillar todo el mundo. O, Dios no lo quiera, desatarán una guerra, como en Ucrania", explicó el mandatario. El líder bielorruso no aclaró a qué país en concreto se refería.
También destacó que el objetivo principal de la economía del país eslavo debe ser la fabricación eficiente de productos demandados por el mercado y la capacidad de supervivencia en un entorno competitivo.
"Si quieren, pueden usar pistolas para poner las cosas en orden. Eso es cosa suya", dijo el líder bielorruso, indignado.
El presidente de la ex república soviética aborda el tema del desarrollo económico de una forma bastante dura. El 10 de mayo, impuso la prohibición de crear proyectos no rentables y subsidiados en el país.
Dos días antes, Lukashenko afirmó que Bielorrusia puede convertirse en una región floreciente solo si sus ciudadanos "dejan de quejarse".
"Velen para que no perdamos lo que tenemos. Y ahora todo depende de nosotros. Podemos hacer de nuestro país un lugar verdaderamente floreciente. Solo hace falta mantener la cabeza fría", subrayó.