La Asamblea General de la OEA aprobó el 5 de junio una resolución sobre Venezuela que llama a aplicar los mecanismos de la Carta Democrática contra el país caribeño, lo que podría culminar con su suspensión de la organización internacional.
El texto, además de destacar que la reelección de Maduro "carece de legitimidad", insta a los miembros de la OEA, a aplicar medidas "a nivel político, económico y financiero para coadyuvar al restablecimiento del orden democrático en Venezuela".
Venezuela, como país petrolero, explicó Del Alba, necesita estar vinculada y tener buenas relaciones con otros países, y allí surge el mayor riesgo.
"Las acciones que veremos a partir de ahora por parte de varios países de América Latina y Europa son sanciones a funcionarios de Gobierno", acotó.
Incremento de presión
Por ello, esta resolución contiene aspectos más relevantes que el aplicar la Carta Democrática, porque se allana el camino para que otras naciones de la región aumenten sus presiones al Gobierno de Venezuela, siguiendo los pasos de Estados Unidos, Canadá y Panamá.
En tal sentido, las resoluciones que pueda tomar ese grupo le atañen como miembro.
"Venezuela todavía es miembro de la OEA e igual si no lo fuera, la resolución le hace un llamado a los demás países a tomar medidas concretas para ayudar a que regrese la democracia y la prosperidad económica a Venezuela; por eso la consecuencia fundamental de la resolución es que abre la puerta para que aumente la presión internacional", acotó.
Votos a favor y abstenciones
Al igual que en el año 2017, la Organización de Estados Americanos incluyó en los puntos de debate la situación de Venezuela, sin su consentimiento, según ha denunciado en reiteradas ocasiones el canciller del país caribeño Jorge Arreaza.
Entonces, no se logró tampoco la activación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela.
Sin embargo, en esta ocasión, 19 países votaron a favor de la eventual suspensión de la nación caribeña y solo tres votaron en contra, Bolivia, Dominica y San Vicente y las Granadinas, pues Nicaragua de abstuvo, al igual que el resto de los países miembros.
Para De Alba esto se debe a que hay un cansancio de que luego de tantas discusiones sobre Venezuela no se haya producido ningún avance, "más bien la crisis se acrecienta".
"También hubo negociaciones diplomáticas para que muchos países se abstuvieran; en el caso de Nicaragua, también se aprobó una resolución sobre la situación en ese país, por lo que esto pudo haber sido parte de la negociación", opinó.
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No obstante, a pesar de esa abstención, indicó el experto consultado por Sputnik, esta resolución deja en evidencia que todavía no existen los 24 votos para considerar la suspensión de Venezuela.
Sin embargo, "eso podría cambiar; la tendencia que se está observando es que cada vez más hay países que no están dispuestos a seguir apoyando al Gobierno y se abstendrán o votarán a favor de las medidas de la mayoría de los países, como fue el caso de República Dominicana esta semana", acotó.
Esta situación ha destacado el especialista, debe ser especialmente preocupante para la diplomacia estadounidense, que llegó a la Asamblea General instando a suspender a Venezuela y realizó un esfuerzo intentando convencer a diversos países del Caribe, los cuales a pesar de ello decidieron suspenderse.
