"A los culpables de los asesinatos de los periodistas ecuatorianos hay que buscarlos entre la estructura criminal de alias 'Guacho' y sus integrantes; estamos buscando los cadáveres con nuestras unidades caninas más competentes", afirmó Villegas en rueda de prensa, consigna el Ministerio en la red social Twitter.
Los culpables de los asesinatos de los periodistas ecuatorianos hay que buscarlos entre la estructura criminal de alias #Guacho y sus integrantes. Estamos buscando los cadaveres con nuestras unidades caninas más competentes: #LCVillegas pic.twitter.com/WfUnLuU77x
— Mindefensa (@mindefensa) June 5, 2018
Las declaraciones de Villegas se dieron como parte de un informe a la nación sobre recientes acciones militares para dar con el paradero de Walter Patricio Arizala, alias 'Guacho', comandante del frente disidente 'Oliver Sinisterra', acusado del asesinato de los integrantes de El Comercio y de una serie atentados en la frontera colombo-ecuatoriana.
"Esta acción de nuestra Fuerza Pública (Ejército y policía) afecta directamente las finanzas de la estructura criminal liderada por "Guacho", ya que esta comisión coordinaba labores de narcotráfico, armas y dinero obtenido de manera ilícita", dijo Villegas.
Asimismo, indicó que "las operaciones siguen cada vez con mayor contundencia para garantizar la seguridad de los habitantes del Pacífico colombiano y para desmantelar este grupo armado organizado en su totalidad".
Además: Ecuador considera un logro que Colombia se involucre en conflicto fronterizo
Se presume que el grupo armado aún mantiene secuestrados a dos civiles ecuatorianos.
El periodista Javier Ortega (32 años), el fotógrafo Paúl Rivas (45) y el conductor Efraín Segarra (60) fueron secuestrados el 26 de marzo pasado en la región de Mataje, en la provincia de Esmeraldas (Ecuador).
Sin embargo, el 12 de abril pasado se conocieron fotografías de los tres integrantes del equipo del diario asesinados, así como un comunicado del frente 'Oliver Sinisterra' mediante el cual esa agrupación pidió la mediación de organismos internacionales para poder entregar los cadáveres, lo cual aún no se resuelve.
A raíz de ese hecho, Colombia y Ecuador reforzaron la presencia militar en la frontera.