Los países del continente americano deben "alzar la voz para defender la dignidad y los derechos humanos de los migrantes, así como reconocer el valor que aportan a los países a los que llegan", dijo el jefe de la diplomacia mexicana al hablar durante la 48 Asamblea General del organismo hemisférico.
Videgaray expresó que "México no cree en los muros y sí cree en los puentes que se construyen en los pilares del respeto mutuo y el derecho internacional, que se construyen a través del diálogo sincero de la negociación de resolver las diferencias a partir de buscar las coincidencias".
No obstante, el diplomático mexicano reconoció "el derecho soberano de cada país a determinar su política migratoria; pero esa soberanía no puede estar por encima de la dignidad y los derechos de los migrantes, sin importar su situación jurídica", dijo ante el pleno de los representantes de los países del continente.
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Videgaray expresó el respeto de México al Sistema Interamericano de Derechos Humanos y dijo que el Gobierno que preside Enrique Peña Nieto "está abierto al escrutinio internacional, como debe ocurrir con todos los países americanos, aun y cuando se trate de casos dolorosos".
Finalmente el representante de México se comprometió a "seguir haciendo sus mejores esfuerzos diplomáticos para promover el restablecimiento de la democracia, abogando siempre por una solución pacífica" de los conflictos.
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Sin embargo defendió, en alusión a Venezuela, el "pleno respeto a la soberanía y el derecho a la autodeterminación de los pueblos, su responsabilidad de defender la democracia representativa en los casos en los que ésta se enfrente a una ruptura institucional".
El presidente de EEUU, Donald Trump, criticó de nuevo la semana pasada a México por no ayudar a detener, según su opinión, el flujo de inmigrantes ilegales desde Centroamérica hacia EEUU.
"Al final, México va a pagar por el muro", exclamó Trump en un acto ante miles de sus partidarios en la ciudad Nashville, Tennessee (sur).
Peña Nieto, por su parte, respondió que su país "nunca pagará por un muro" fronterizo.
México expulsa a unos 200.000 de los casi medio millón de centroamericanos que cruzan sin papeles su territorio hacia EEUU, según el Instituto Nacional de Migración, mientras que las autoridades estadounidenses expulsan otros 200.000 más, según datos oficiales.