"El contexto es ideal: la cercanía del Mundial en Rusia. Todos recordamos que el presidente georgiano [Mijaíl] Saakashvili preparó su provocación en 2008 cerca de los Juegos Olímpicos de Pekín, y la escalada de los eventos en Kiev, que terminaron en el golpe de Estado, coincidieron con los Juegos Olímpicos de Sochi", escribió el también diplomático en su página de Facebook.
Según Kosachov, en cada uno de estos casos se esperaba que Rusia no intervendría para no sufrir un deterioro de su imagen y ser calificado como "agresor".
"Es por ello que miro con ansiedad la nueva ofensiva ucraniana en la esfera de la información: podría significar nuevos intentos por parte de Kiev de hacer estallar el proceso de Minsk y resolver el conflicto interno por la fuerza", alertó.
Además dijo que las autoridades de Kiev estarían contentas con cualquiera de los dos resultados posibles: la derrota de las milicias de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, o la respuesta militar de Rusia.
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"La segunda opción es preferible [para Kiev], porque la recuperación del control de esos territorios implicaría un gran número de víctimas, incluidos ancianos y niños, lo que sería una gran problema para 'los libertadores'. Así que cualquier evidencia de una 'agresión rusa' salvaría al régimen de Kiev, especialmente en vísperas de las elecciones presidenciales en Ucrania", explicó el senador.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.300 muertos.