Las conversaciones se realizan en el seminario Nuestra Señora de Fátima, a donde concurrieron, además del presidente, delegados estudiantiles, de sindicatos, del mundo privado y de la sociedad civil.
Ese día entró en vigencia un decreto con reformas a la seguridad social, que el Gobierno adoptó en solitario, eligiendo un camino distinto a los recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"El FMI en sus últimos planes estaba revisando el sistema de la seguridad social: entonces había dos posibilidades. O alargaban la edad de jubilación a 65 o subían la cantidad de semanas o meses trabajados. El Gobierno decidió subir los costos de los empresarios y 1% de los trabajadores", explicó a Sputnik el secretario de Relaciones Internacionales de la Asociación de Trabajadores del Campo, Fausto Tórrez.
"Esa fue la llama que explotó", añadió Torrez.
Pero a pesar de que el 22 de abril Ortega retiró las reformas y convocó al diálogo, a partir de ese momento surgieron otros reclamos principalmente orientados a la caída del Gobierno y la convocatoria a elecciones anticipadas.
Tórrez consideró que este panorama se completa con las sanciones económicas que impulsa Estados Unidos contra el país mediante la llamada "Nica Act" que prevé sanciones para el Gobierno encabezado por el otrora líder guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
"Hay que recordar que Nicaragua estaba con un crecimiento bastante alto de 2,5 al 5%. Antes del 17 de abril era el país más seguro de Centroamérica", destacó el sindicalista al comentar que los logros económicos y sociales del sandinismo en los últimos 11 años atentaban contra los intentos por desestabilizar al gobierno desde el exterior.
"Y esto fue la chispa que estaba esperando la conspiración internacional", concluyó.