"Todavía no se puede hablar de crisis cambiaria. Justamente, están haciendo todo lo posible para evitar entrar en crisis", explicó a Sputnik el economista uruguayo Germán Deagosto.
A ello se le sumó que el dólar bajó, a contrapelo de lo que sucedió en el resto del mundo, y significó un freno a la devaluación del peso argentino, cuyo acumulado desde el 23 de abril era de 24,6%. De esta forma, el Gobierno se pudo aflojar la soga del cuello y evitó una corrida cambiaria, que inevitablemente generaría una corrida bancaria.
"Hoy vimos una prueba de confianza que salió bastante bien y aplacó el dólar en Argentina; hoy parece haber más calma respecto a las semanas anteriores, pero hay que ver cómo sigue golpeando y qué negocia" el Gobierno de Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI), explicó Deagosto.
Si Argentina no logra "un equilibrio económico con un tipo de cambio más alto, pero con menos actividad y más inflación", los efectos negativos en la región vienen implícitos, agregó.
Argentina, ¿con el agua al cuello? https://t.co/2HFVJxEy62
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 11 de mayo de 2018
Es un escenario que plantea muchos enigmas, ya que las monedas regionales se están debilitando en relación al dólar en toda la región, justamente porque desde mediados de abril el dólar se fortalece de forma generalizada.
Según publicó el diario El País de Uruguay, el dólar subió 8,55% en este país desde el 20 de abril. El Banco de la República tenía en pizarra el dólar a 30,65 y 31,95 pesos este martes, lo que implica un incremento acumulado de 6,86% en mayo y de 6,24% en lo que va del año.
"Uno no debe desconocer la relevancia que tiene Argentina a nivel sudamericano —dijo a Sputnik el economista Pablo Mayo-, los mayores o menores efectos negativos [que los desbalances de la economía argentina puedan generar] en los países dependerán del grado de vínculo que exista en los canales financieros y comerciales", agregó.
Si bien los expertos pronostican que aún es muy prematuro decir cómo y cuánto perjudicará a las economías de la región, advierten que Uruguay, el país que podría verse más afectado, ha generado ciertas fortalezas para enfrentar los vientos en contra, porque depende menos de los canales financieros y comerciales con el vecino país.
"Hoy Uruguay tiene un conjunto de fortalezas que en el pasado no tenía y ahora mira esta situación con un poco más de tranquilidad. Hemos reducido muchísimo el canal financiero con la región, la exposición a depositantes argentinos por ejemplo, que fue uno de los principales canales que terminó amplificando el impacto en el 2001 que condujo a la crisis en 2002", dijo Deagosto.
A su vez, explicó que la situación financiera de Uruguay es "mucho más sólida", a pesar de que es cierto que tiene un déficit y un nivel de endeudamiento elevados.
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"También es cierto que la composición de la deuda pública del país hoy es mucho mejor que la que era en 2001. Hoy cerca del 50% está en pesos uruguayos, el 95% a tasa fija, vencimientos que están diferidos en el tiempo, líneas de crédito con organismos internacionales, la mejor calificación de la historia", agregó. Uruguay ha diversificado mucho sus mercados. "En 2001 el 50% de lo que exportábamos iba para la región", comparó Deagosto.
De todas formas, aclaró: "desacople no significa impunidad, pero seguro el impacto no va a ser tan dramático como en el pasado".
