"Oil fue declarada en quiebra", confirmaron a Sputnik fuentes de la empresa.
El juez en lo comercial Javier Cosentino declaró la bancarrota de la compañía, pero dispuso la continuidad de su actividad.
Se estima que Oil Combustibles tiene unos 400 trabajadores contratados y posee unas 360 estaciones de servicio en todo el país.
Además de perder la petrolera, López y su socio Fabián de Sousa, también detenido, dejan de ser dueños de otras 170 empresas agrupadas en torno al Grupo Indalo, entre las que hay importantes medios de comunicación.
Un interventor será denominado para hacerse cargo de esas compañías, que no se encuentran en quiebra.
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López y De Sousa están detenidos desde el pasado 20 de diciembre por administración fraudulenta agravada en perjuicio del Estado nacional por haber retenido un impuesto a la transferencia de los combustibles calculado en 8.000 millones de pesos (350 millones de dólares al valor actual).
Por los impuestos retenidos, con los que López se dedicó a comprar nuevas empresas, el fisco le exige ahora 10.000 millones de pesos (440 millones de dólares actuales) entre capital e intereses.
La causa comenzó en marzo de 2016 tras la denuncia de la diputada aliada del oficialismo Elisa Carrió.