Según los investigadores, la razón principal detrás de este fenómeno es el ciclo climático natural, la oscilación del Atlántico Norte.
Además, es posible que el calentamiento global también tenga cierta influencia sobre el fenómeno, de ahí que se haga imposible prevenir la escala de los huracanes.
La velocidad del viento está determinada por la temperatura de la superficie del mar, la humedad, el contenido térmico del océano, las características de las nubes, así como la diferencia entre la dirección del viento en la superficie y a varios kilómetros de altura.
En la actualidad este fenómeno viene aumentando su efecto en las partes este y central del océano. Al mismo tiempo, los expertos no excluyen que también esto se deba al calentamiento global.
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