El día 5, la Casa Blanca arremetió contra la exigencia de las autoridades chinas de que las aerolíneas internacionales señalen la pertenencia de Taiwán, Hong Kong y Macao a la República Popular China (RPC) en sus páginas web y materiales publicitarios, algo que la administración del presidente norteamericano Donald Trump calificó de un "disparate orwelliano".
"Tomamos nota de estos informes", dijo Geng Shuang en un comunicado donde aseveró que "diga lo que diga EEUU, sus declaraciones no podrán cambiar el hecho de que en el mundo existe una sola China, de la que Taiwán, Hong Kong y Macao son parte inalienable".
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El portavoz subrayó que las empresas extranjeras que operan en China deben respetar sus normas y leyes junto con "la soberanía, la integridad territorial de China y los sentimientos nacionales de su pueblo".
Hong Kong y Macao son dos regiones administrativas especiales de China que gozan de una amplia autonomía en virtud del concepto "un país, dos sistemas" formulado por el expresidente chino Deng Xiaoping en la década de los 1980.
Pekín aspira a extender el mismo principio a la isla de Taiwán, que permanece fuera de control del Gobierno central desde el año 1949, y a la que la mayoría de los países reconoce como parte del territorio de la RPC.