Cada año unos 200 millones de personas son infectadas con malaria en el mundo y aproximadamente unas 500.000 pierden la vida por esta dolencia contó a Sputnik el doctor Roberto Salvatella, asesor en enfermedades transmisibles de la Organización Panamericana de Salud (OPS) en Uruguay.
Este 2018 la OPS valora de "muy positivo" el trabajo de algunos países latinoamericanos que están camino a certificar la eliminación de la enfermedad. Tal es el caso de Paraguay y Argentina, que ya están en el paso final de la certificación, aseguró Salvatella.
Otros como Haití y Venezuela, continúan reportando casos de paludismo. En 2017 el Centro venezolano de enlace para el Reglamento Sanitario Internacional notificó que entre las semanas 1 y 42 de ese año se registraron 319.765 casos de malaria.
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Las poblaciones en riesgo como los niños, la embarazadas y todo aquel que concurre a áreas palúdicas son el centro de los diagnósticos. "De ahí que el tratamiento tenga que apuntar justamente hacia ellos para obtener un impacto y proteger las vidas", comentó Salvatella.
Según el doctor, en la actualidad existen buenas investigaciones en esta área con vacunas y otros productos con futuros promisorios. Sin embargo no contamos con una vacuna efectiva contra la malaria, afirmó.
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El doctor Salvatella comentó que el estudio de estos seres microscópicos demandan mucho más conocimiento y posibilidades para lograr un desarrollo efectivo de vacunas. Por eso hoy el paso uno para el control se basa en la prevención de vectores y en la gestión ambiental, planes de tratamiento y diagnóstico activo.
"Es importante un accionar integral, bien diseñado y sostenido en el tiempo, aunque no todas las situaciones son iguales ya que se vuelve más complejo para aquellos países que tienen parte de su territorio en la cuenca amazónica: los desafíos se multiplican", aseguró.
La malaria sigue siendo un desafío de salud mundial y el éxito de este reto "va muy de la mano con la cooperación entre países", indicó. Tomarlo como un objetivo importante y prioritario "por la repercusión en salud, las pérdidas económicas y el impacto sobre el desarrollo de amplias regiones resulta indispensable para su eliminación definitiva", concluyó Salvatella.