"[Los submarinos rusos] tomaban posiciones que no permitían a los británicos atacar a Siria desde debajo del agua. Los británicos maniobraban, cambiaban constantemente de posición, pero nuestros buques los observaban y avanzaban de manera que para los británicos fuera peligroso lanzar misiles. Finalmente lo entendieron y decidieron no disparar. Se trata de un juego muy peligroso", explicó a Sputnik el columnista militar del periódico Komsomolskaya Pravda, el coronel retirado Víktor Baranets.
No obstante, "los cazadores-asesinos rusos de clase Kilo ganaron la cacería".
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Dos generadores diésel y un accionamiento eléctrico les permiten alcanzar grandes velocidades. Estos submarinos están armados con torpedos, misiles de crucero y misiles antisubmarinos. Los expertos navales extranjeros los bautizaron como 'agujeros negros' debido a que son muy silenciosos.
Los submarinos rusos, de hecho, controlan el Mediterráneo oriental, declaró Baranets.
"EEUU está ahora formando un grupo naval. Se estima que para finales de abril, a esta área llegarán no solo buques de superficie, sino también submarinos estadounidenses junto con un grupo de portaviones. Está claro que nuestros submarinos seguirán muy de cerca el comportamiento de estos barcos", señaló el analista.
Aunque el ataque fue presentado como represalia por el supuesto uso de un agente tóxico en Duma, denunciado por los rebeldes y las ONG asociadas, los aliados no quisieron esperar a que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), cuyos expertos ya están desplegados en Siria, terminase su investigación sobre el terreno.
Rusia condenó en términos enérgicos el ataque a Siria al calificarlo de agresión contra un Estado soberano que está en primera línea de combate contra el terrorismo.
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