Sin embargo el proyecto se encontró con que muchos de migrantes prefieren seguir cerca de la frontera, afirma Marcassa.
Lea más: Santos pide a CIDH que centre sus esfuerzos en promover derechos de migrantes venezolanos
El Gobierno decidió comenzar a redistribuir inmigrantes venezolanos debido a que los centros asistenciales y otros servicios estaban desbordados en el estado fronterizo de Roraima.
El 5 de este mes salió desde Roraima el primer vuelo de redistribución de venezolanos a otros puntos de Brasil.
También: ACNUR, preocupado por el creciente número de refugiados venezolanos en Brasil
Los primeros 270 se instalaron la semana pasada en Sao Paulo (sureste) y Cuiabá (capital del estado de Mato Grosso do Sul, centro-oeste), y próximamente otros viajarán a Campinas (estado de Sao Paulo) y Manaos (Amazonas, al norte).
Según Marcassa, "alrededor del 70%" de los venezolanos que aceptan la propuesta tienen un grado de educación básica completa y, en muchos casos, superior y, aunque su nivel de enseñanza en general es bueno, no llegan a las ciudades brasileñas de destino con un trabajo, aunque se espera que al arribar reciban apoyo y asesoramiento para conseguirlo.
Además: Colombia comienza registro de migrantes venezolanos para priorizar atención humanitaria
Este programa de redistribución no tiene ningún costo para los venezolanos y se financia con los 190 millones de reales (56,8 millones de dólares) que el ministerio de Defensa destinó a la asistencia de emergencia para los ciudadanos que dejaron Venezuela en los últimos meses.
Marcassa remarca que la primera oleada de venezolanos pedía, principalmente, ingresar en calidad de refugiados, pero advierte que lo más probable es que el Comité Nacional para los Refugiados (Conare) desestime la mayoría de esas solicitudes por no encajar en las condiciones tipificadas: persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, grupo social específico u opinión política.
Le puede interesar: Brasil detecta sarampión entre refugiados venezolanos en el norte
Por ello remarca que es más útil pedir el permiso de residencia temporal, que otorga los mismos beneficios, los dos permiten trabajar y tener acceso a servicios públicos brasileños.
"Es verdad que cuando se rechaza una petición de refugio el inmigrante pierde todos los beneficios y debe ser deportado, pero el Conare está sobrepasado y está juzgando muy poco, tardará mucho en dar respuesta, es muy probable que cuando sea juzgado el inmigrante ya tenga permiso de trabajo, así que el riesgo de deportación es muy bajo", afirmó.
Marcassa resaltó que Brasil no es el destino prioritario de los venezolanos, ya sea por la barrera idiomática o porque no hay grandes ciudades en las áreas fronterizas, entre otros factores.