El líder del Partido de los Trabajadores (PT) subió a la aeronave transportando su propia maleta por la pista del aeropuerto y siendo escoltado por varios agentes de la Policía Federal.
Su llegada estuvo envuelta de momentos de tensión entre manifestantes partidarios y detractores del expresidente, aunque no hubo incidentes de gravedad.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) llegó a la sede de la policía en São Paulo en un vehículo custodiado por una caravana policial.
Su salida de la sede del Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo (estado de São Paulo, sureste), fue convulsa, puesto que sus seguidores intentaron impedir que se entregara.
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Líderes del Partido de los Trabajadores (PT) intentaron convencer a los militantes de que retrasar su salida podría afectarle negativamente a nivel legal de cara a su futura defensa, y finalmente Lula dejó el sindicato a pie, rodeado por una multitud.
Enseguida entró en un vehículo y fue escoltado por una caravana de la Policía Federal que le trasladó al aeropuerto.
En Curitiba, ciudad a 400 kilómetros de São Paulo, se espera que Lula pase sus primeros días de prisión en la Superintendencia de la Policía Federal, en una celda especial, privada y sin contacto con otros presos.
Lula fue condenado a 12 años y un mes por presuntos delitos de corrupción, y aunque podrá recurrir ante instancias superiores tendrá que esperar entre rejas.
Antes de entregarse a la policía su defensa intentó in extremis que permaneciera en libertad, presentando recursos de habeas corpus (peticiones para evaluar la legalidad de un arresto).
Sin embargo, tanto el Tribunal Superior de Justicia como el Tribunal Supremo Federal negaron los recursos, lo que precipitó la entrada de Lula en prisión.