En su libro 'Shame: Free Yourself, Find Joy, and Build True Self-Esteem' (La vergüenza: libérate a ti mismo, encuentra la alegría y construye una verdadera autoestima), que será publicado en noviembre de este año, Burgo explica que la vergüenza influencia muchos rasgos del carácter de una persona.
De acuerdo con el psicólogo, hay cuatro tipos distintos de vergüenza. El primer tipo es la vergüenza por un amor no correspondido. Alguien que ha amado y ha sido rechazado o ha entendido que el amor no era recíproco sabe cuán humillante esto puede ser. Este tipo de vergüenza incluso se puede desarrollar durante etapa temprana de la vida.
Esta suposición puede comprobarse en el experimento presentado por primera vez por Edward Tronick y sus colegas en 1975, durante la reunión bienal de la Sociedad para la Investigación del Desarrollo Infantil.
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En este experimento participaron varias madres y sus bebés. Los organizadores del experimento pidieron a las mujeres que interactuaran con sus hijos sonriendo y hablando con ellos. Posteriormente, les pidieron que no reaccionaran durante un par de minutos a las acciones de sus niños y los miraran fijamente. Como resultado, los bebés se estresaron y se pusieron a llorar.
El segundo tipo de vergüenza es la exposición no deseada. Por ejemplo, esta vergüenza surge cuando a uno le gritan en público por haber cometido un error o cuando alguien irrumpe en un cuarto en el que hay alguien desnudo.
Las expectativas no cumplidas es el tercer tipo de vergüenza que se experimenta cuando uno se plantea una meta y sufre un fracaso. Este tipo de vergüenza puede sentirse en el trabajo cuando un empleado es incapaz de alcanzar una promoción. Asimismo, este tipo de vergüenza puede surgir en la vida personal, en las relaciones que no funcionan cómo uno lo esperaba o en una amistad que se ha vuelto tóxica.
El cuatro tipo de vergüenza es la exclusión o el aislamiento. A veces la gente quiere encajar o sentir que pertenece a alguien o a algo. Esta sensación surge en distintas ocasiones de la vida, en el trabajo, en la amistad y en las relaciones románticas. Los seres humanos dan mucha importancia a caer bien a los demás y a no sentirse aislados. Esta es la razón por la que cuando algo amenaza su reputación no lo superan fácilmente.
"Cada día de nuestra vida sentimos alguna emoción de este tipo. Puede ser una cosa pequeña, por ejemplo, cuando nos decepcionamos por obtener algo cuando esperábamos otra cosa: en este caso nos sentimos un poco avergonzados. O puede ser una cosa grande, como cuando nos despiden", comentó Burgo.
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