Una familia de cuatro personas pierde un promedio anual de 2.500 zloty —alrededor de 600 euros— en la compra de alimentos que acaban en mal estado. Mientras tanto, de acuerdo con la Federación de bancos de alimentos de Polonia, alrededor de dos millones de personas viven en la pobreza extrema.
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El Ministerio de Medio Ambiente de Polonia está preparando su propio proyecto para preservar los alimentos, pero no podrá alcanzar la meta sin la ayuda de los ciudadanos. Maria Skolozynska, precursora de la iniciativa 'Comparte comida con las personas sin hogar', relata a Sputnik su contribución a esta misión.
"Creo que la razón por la que uno de cada tres polacos desperdicia alimentos es que en algún momento no había suficientes y guardábamos cada miga. Ahora los productos se han vuelto más accesibles, y dejamos de pensar si vamos a comer todo o no. Y, si no lo comemos, se puede tirar y comprar nuevamente. Además, ahora hay acciones en las que se venden dos productos por el precio de uno, compramos más y no podemos comerlo todo. Sería genial si, para tirar un pedazo de pan, se necesitara más esfuerzo que ir a la tienda por una barra de pan", expone Skolozynska.
Skolozynska también habló sobre una acción llamada 'foodsharing'. En las ciudades hay refrigeradores abiertos donde se puede dejar alimentos de sobra. Tras colocar productos en bolsas desechables, se colocan en un frigorífico y luego se informa que los productos ya están dentro. La organización distribuye luego la información a quienes necesiten comida para que se la lleven de forma gratuita.
"Este programa ya cubre toda Polonia. ¡Estoy muy orgullosa de que funcione y ayudemos a la gente!", concluye Skolozynska.