El 27 de septiembre de 2003, The Guardian publicó un artículo de Ben Fenton, quien examinó los documentos que acababan de desclasificar y concluyó que hace 50 años el Reino Unido y EEUU intentaron "cambiar el régimen" en Siria por medio de asesinatos de los principales miembros del entonces Gobierno sirio.
"Nada nuevo, política ordinaria de Occidente", comentó a Sputnik al respecto Giuletto Chiesa.
Chiesa recordó que el caso sirio no estaba relacionado con personajes políticos secundarios, sino con los jefes de Gobierno: el 65 primer ministro británico Harold Macmillan y el 34 presidente estadounidense Dwight Eisenhower.
"Fueron ellos quienes ordenaron a la CIA y al MI6 matar (sí, matar) al jefe de la inteligencia siria Abdel Hamid Sarraj, al jefe de personal del Ejército sirio Afif Bizri y al líder de los comunistas sirios Jalid Bakdash", subrayó.
La reunión principal sobre la planificación de la operación se llevó a cabo en Washington en el otoño de 1957. Con el fin de "facilitar el trabajo de las fuerzas para la liberación de Siria, reducir el nivel de influencia de las autoridades sirias, minimizar el número de víctimas y destrucciones y lograr los resultados deseados en el menor tiempo posible", se decidió "eliminar a ciertas personas".
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El plan fue diseñado por Kermit Roosevelt, nieto de Theodore Roosevelt, quien dirigía el departamento de la CIA para asuntos de Oriente Medio. Incluía "disturbios internos" en Siria, "accidentes y sabotaje". Kermit escribió que cuando se alcanzara un nivel suficiente de miedo y paranoia entre los habitantes y el Gobierno sirio, habría que organizar enfrentamientos en la frontera con el fin de crear un pretexto para una intervención militar en Irak y Jordania. Siria, según su plan, debía convertirse en "lugar de complots permanentes y sabotaje" y en "agresor contra sus países vecinos".
Una vez alcanzado este objetivo, la CIA y el MI6 tenían previsto "utilizar todas sus habilidades para lograr sus objetivos, incluyendo la presión psicológica" para aumentar la tensión en las relaciones entre Siria y otros países. Además, se preveía financiar el Comité de Liberación de Siria por medio de proporción de armas a ciertas facciones políticas.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 29 марта 2018 г.
"El plan no se llevó a cabo debido a que Occidente no logró obtener el apoyo de los países vecinos de Siria. Sin embargo, este tipo de métodos y crueldad siguieron siendo parte de la política occidental", opinó Chiesa.
"Se puede matar a algún representante de la oposición (¿no le viene a la cabeza el asesinato de Nemtsov?). O matar a la periodista Anna Politkóvskaya el día del cumpleaños de Putin, o incluso a un exagente británico unos días antes de las elecciones en Rusia. Todos estos asesinatos están ayudando a fabricar un caso contra el 'enemigo' de Occidente".
Para concluir, el periodista recordó la advertencia del conocido economista estadounidense Paul Craig Roberts a los políticos rusos que salían del país para asistir a reuniones internacionales. Según Roberts, les podían detener en el aeropuerto sobre la base de algún código internacional escrito específicamente para su caso.
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