El techo del centro comercial, que solía recubrir 1.500 metros cuadrados, se derrumbó sepultando a decenas de personas cuyo destino es todavía incierto. Otras decenas de personas están en los hospitales con heridas de gravedad.
Por el número de víctimas, el incendio en Kémerovo es uno de los mayores de Rusia en el último siglo. Lo más funesto de esta tragedia es que se cobró la vida de muchos menores de edad, ya que era domingo y el centro comercial estaba lleno de familias con sus hijos o niños con sus maestros de escuela que jugaban a los bolos, comían en cafés o veían películas en el cine.