"TVEL tiene un contrato con Energoatom hasta finales de la vida útil de reactores ucranianos y planeamos cumplirlo estrictamente, esperamos que nuestros colegas ucranianos se atengan al mismo enfoque pragmático", dijo al señalar que "es inaceptable que en un asunto tan sensible como la energía nuclear haya decisiones politizadas, la seguridad sigue siendo una prioridad clave en este tema".
Nikipelova añadió que la compañía no está al tanto en qué reactores en Ucrania se usa el combustible estadounidense y no dispone de información precisa sobre sus características.
Según la presidenta, en otros mercados la situación es diferente: tanto las empresas operadoras de centrales nucleares como los reguladores aspiran a la transparencia absoluta y el intercambio de información entre los productores de combustible.
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El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha declarado por su parte que existen dudas de que las centrales nucleares ucranianas puedan funcionar con el combustible estadounidense sin correr ningún peligro.
Algunos medios recordaron que Finlandia rechazó las barras de combustible de Westinghouse debido a una serie de problemas en la central de Loviisa.
En 2009 la República Checa también retiró el combustible nuclear estadounidense de su planta de Temelin por el riesgo de fuga en un total de 67 barras de uranio.