Los hechos ocurridos en la Plaza de la Independencia de Kiev, más conocida como el Maidán, "no se hubieran producido sin una masiva operación de injerencia, apoyada por EEUU y la UE, que ayudaron de manera activa a los movimientos ideológicos neofascistas en el país", dijo Pimenta Lopes en un acto sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania, durante la 37 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Destacó que esa misma situación existe en el mundo entero.
"El problema consiste en un intento sistemático de derrocar a las autoridades constitucionalmente elegidas en distintas partes del mundo y reforzar a otros actores políticos, favorecidos por EEUU y la UE", advirtió.
Por su parte, el primer secretario del Partido Comunista de Ucrania, Piotr Simonenko, quien intervino junto con Pimenta Lopes, denunció que la violación de los derechos humanos en Ucrania tiene un gran envergadura y "forma parte de la militarización y fascistización" del país.
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A finales de noviembre de 2013, los partidarios de la eurointegración invadieron la plaza del Maidán, protestando por la decisión del Gobierno de suspender la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE.
En las semanas posteriores el Maidán fue el epicentro de enfrentamientos entre activistas radicales y la policía.
El uso de armas de fuego y cócteles molotov causó decenas de muertos y más de un centenar de heridos por ambas partes.
Las protestas desembocaron en un violento cambio de gobierno.