"Tanto las empresas norteamericanas como las extranjeras en conjunto podrán trabajar junto al Congreso americano, que es muy fuerte en EEUU, para intentar modificar esa fórmula", dijo el líder brasileño durante la apertura del Foro Económico Mundial en Sao Paulo.
Temer indicó que el tema "preocupa mucho" a su Gobierno y al mismo tiempo señaló que hay que tratarlo con "mucho cuidado", dado que EEUU es el segundo socio comercial de Brasil, tan solo por detrás de China.
Lea también: La industria metalúrgica china se prepara para vengarse de Trump
Al margen de los movimientos que puedan hacer las empresas Temer también abrió la posibilidad a recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC) "si no hay una solución amigable muy rápida", aunque precisó que no se haría de forma unilateral, sino de la mano de todos los países que se han visto perjudicados.
"Queremos la apertura para nuestros mercados y de los mercados extranjeros en Brasil", subrayó, y mencionó el acuerdo comercial que está a punto de firmarse entre los países del Mercosur y la Unión Europea (UE) y las negociaciones entre Brasil y Canadá.
Impactos megativos
Además, explicó que ya envió una carta forma al secretario de Comercio del Gobierno de EEUU, Wilbur Ross, para ver cómo la medida impactará en las relaciones económicas entre ambos países, ya que es difícil de analizar puesto que las reglas aún no fueron definidas.
Escuche: Guerras y batallas: Trump presiona el comercio internacional
El pasado 8 de marzo el Gobierno brasileño ya expresó a través de un comunicado su disconformidad con la decisión de Trump sobre aplicar una tasa a las importaciones de acero del 25% y del 10% a las de aluminio.
Al mismo tiempo, Brasil es el mayor importador de carbón siderúrgico de EEUU (casi 1.000 millones de dólares en 2017), que se destina sobre todo a la producción brasileña de acero exportado a ese país.
El Gobierno de Michel Temer también destacó que las medidas restrictivas a las importaciones de acero y aluminio son "incompatibles" con las obligaciones de EEUU al amparo de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Asimismo dijo que tampoco se justifican en las excepciones de seguridad que contempla el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT en su sigla en inglés) de 1994.