Las autoridades de China aprobaron en diciembre de 2012 "ocho reglas" de conducta para los funcionarios, con el fin de erradicar la burocracia, el derroche y el comportamiento indeseable en el trabajo.
Efectuado el respectivo chequeo, la CCCD estudió en enero 4.058 situaciones en que figuraron más de 5.600 funcionarios, de los que a 4.327 aplicó castigo administrativo.
El mayor número de infracciones estuvo relacionado con el pago de subsidios, la aceptación de obsequios y dinero, el uso de automóviles oficiales y de recursos presupuestarios para organizar banquetes, bodas y sepelios, señala la Comisión en su informe.
Una vasta campaña de lucha contra la corrupción empezó en China con la llegada de Xi Jinping a los puestos de secretario general del Comité Central del PCCh (en noviembre de 2012) y de presidente de la RPCh (en marzo de 2013).
Según los datos actualizados de la CCCD, durante los últimos cinco años fueron castigados más de 1,53 millones de militantes del Partido Comunista de China de diversos niveles.